Presentación

Ciudades Vivibles nace del viaje emprendido por la Asociación Entrepueblos en 2012 para explorar el camino que en los feminismos –y ahora también en los ecologismos– resumimos como «poner la vida en el centro» o «el buen vivir».

Ciudades Vivibles I

Ciudades Vivibles I empieza trabajando en torno a dos ejes: el contexto y la ciudad relacional. A lo largo del proceso, los ampliamos con la ciudad diversa, saludable y genealógica. De hecho, todo lo que ha surgido (y surgirá) en torno a las Ciudades Vivibles es una construcción colectiva con los colectivos que luchan por el derecho a la ciudad.

Hemos querido desarrollar un trabajo que nos ayudara a empoderarnos individual y colectivamente; promover redes y transferencia de experiencias y conocimientos entre el movimiento feminista y las entidades del ámbito vecinal; difundir la perspectiva feminista; y contribuir a visibilizar la diversidad de formas de vivir, moverse y sentir la ciudad. Todo ello, uniendo Barcelona con otras ciudades de Cataluña y del continente americano. Y lograr, así, arrojar luz, más que ser exhaustivas, sobre los aspectos elegidos para nuestro trabajo, a partir de las diferencias que atraviesan nuestras vidas.

Porque la ciudad somos nosotros y nosotras. Apropiémonos de ella, transformémosla, revisémosla y exijamos lo que consideremos. Para ello, optamos por dar centralidad a las prácticas feministas y ecologistas para una nueva ciudadanía (la ciudadanía). Llenemos nuestros ojos con la diversidad que nos habita, y derramémosla sobre la ciudad.

En los recursos trabajados durante este proceso (libro, documental y jornadas) encontraréis las temáticas desarrolladas.

Ciudades Vivibles II

Ciudades Vivibles II da continuidad al proceso partiendo del deseo de construir una ciudad cuidadora de todas las personas que la habitan, incidiendo en el modelo de ciudad que queremos, fortaleciendo, por un lado, los colectivos que luchan por el derecho a la ciudad contra el extractivismo urbano y, por otro, reforzando la acción política y comunitaria de las asociaciones vecinales y las mujeres migrantes, incluyendo la perspectiva feminista y antirracista en sus quehaceres. Partiendo de una perspectiva feminista y antirracista, fomentando la creación de redes y la difusión de experiencias locales para una ciudad habitable, diversa e inclusiva e intercambiando los aprendizajes con redes latinoamericanas.

El extractivismo urbano en Barcelona ha debilitado el ejercicio del derecho a la ciudad. El derecho a una vida digna para todos es violado por los intereses financieros internacionales, los mismos que violan el derecho al territorio en los países que acompañamos en América Latina y donde sufren las consecuencias del extractivismo en todas sus formas.

Los feminismos juegan un papel transformador en el modelo de ciudad. Reconocen las necesidades hacia la ciudad, en la lucha por la vivienda, por migrar, contra la precariedad laboral y ambiental, por el derecho a una vida libre de violencias. Las mujeres –migrantes– en el Norte Global se convierten en protagonistas de la resistencia contra el modelo extractivista urbano.