El Ateneu Popular 9 Barris es un centro sociocultural público que funciona según el modelo de gestión comunitaria. La entidad apuesta por ser un proyecto que contribuya a la transformación social mediante la cultura, la intervención y la vinculación con el territorio.
El Ateneu Popular 9 Barris es un proyecto social, educativo, político y comunitario. Nació en el año 1977 fruto de la ocupación de una fábrica de asfalto propiedad del Instituto Nacional de Industria bajo el lema «Salvemos nuestros pulmones». El objetivo era sacar adelante un proyecto cultural en un momento en el que el barrio sufría muchísimas carencias. Es en este contexto de luchas múltiples por la educación, la vivienda, las condiciones laborales… cuando aparece, como un derecho más a defender, el derecho a la cultura.
A lo largo de sus 45 años de historia, el Ateneo ha pasado por varias fases. La etapa más asamblearia, el momento en que se apuesta por que las administraciones empiecen a reconocer el espacio y el momento en que la titularidad del equipamiento pasa a ser municipal y se inicia el actual modelo de gestión comunitaria vecinal. Este modelo -donde convive una parte profesionalizada y una parte activista- lo sostienen vecinos, artistas y artistas que son vecinas y vecinos que se han hecho artistas.
El circo ha sido y es una de las grandes patas del proyecto. Las características del espacio -con sus techos altísimos- atrajeron en seguida a grupos de jóvenes que venían a ensayar. Con el tiempo, el Ateneo se ha convertido en un centro de referencia en este campo desde donde se impulsan producciones propias de espectáculos, la escuela de circo o los talleres. También es la vía de entrada al ateneo por la canalla del distrito que participa en los talleres de circo desde los centros infantiles, las escuelas y los institutos.
Mirada feminista
9 Barris fue uno de los primeros distritos donde se crearon vocalías de mujeres en las asociaciones de vecinos y hay una tradición de lucha feminista y de participación de las mujeres. En los últimos años, por suerte, la ola feminista nos ha llevado a trabajar seriamente este tema y a incorporarlo en el día a día. La importancia de los cuidados, por ejemplo, se ha traducido en la creación de un grupo específico de trabajo. Hoy, esta mirada feminista está presente desde la dinámica de las asambleas hasta la manera en que se configura el equipo remunerado de trabajo. También lo tenemos en cuenta en el diseño de las actividades y promovemos jornadas y talleres para reflexionar e incorporar la mirada de género y los cuidados dentro del ámbito de la creación artística.
Una escuela de vida
El Ateneo es también un actor político que forma parte del tejido vecinal del distrito y participa tanto en las reivindicaciones sociales como en los proyectos que van naciendo fruto de esta red como los planes comunitarios o la cogestión de nuevos equipamientos.
Para mucha gente el Ateneo ha sido una escuela de vida. A muchos de los nanus, adolescentes y adultos que hemos participado nos ha cambiado personalmente en muchas cosas, nos ha estructurado la cabeza, nos ha hecho sentir útiles y valorados y, por lo tanto, nos ha dado dignidad. Trabajando juntas hemos aprendido a tener esa mirada comunitaria, a ser críticos y a decir «no» cuando es necesario.
Desde la periferia -y lejos del modelo de los equipamientos culturales faraónicos- el Ateneo ha aportado a esta ciudad otra manera de entender la cultura. Y, también -desde esta manera de entender la cultura, la educación y el activismo- el Ateneo nos hace avanzar hacia la justicia social.
Retos y propuestas
El Ateneo no trabaja en clave de «servicio» sino de proceso de emancipación donde la gente que se incorpora es lo que lo hace crecer. En este sentido, uno de los retos que tenemos es la participación de personas de orígenes diversos más allá de la etapa escolar. Es una cuestión que, en el distrito, muchas entidades nos planteamos y que relacionamos con la precariedad que sufre mucha gente y que nos explica, en buena parte, porque cuesta tanto conseguir esta participación. Por esta razón, defendemos la creación de una renta básica como una herramienta que debe permitir a todos cubrir las necesidades básicas y disponer de tiempo. Un tiempo imprescindible para hacer posible la participación de la gente -migrada y no migrada- en proyectos que buscan la transformación social desde diferentes ámbitos.